domingo, 19 de junio de 2016

“Ahora mismo estoy solo”/ Entrevista por Carlos Quenaya


¿Qué cambios percibes en el ambiente literario de finales de los 70s respecto al que se vive, digamos, en esta primera década del siglo XXI?
Es lo mismo, pero los actores se han multiplicado geométricamente… tal como la población general actual respecto a la de aquel entonces. Desde cierto populismo monitoreado, tipo Festival de Medellín, esto es un índice positivo de inclusión y de desarrollo de la democracia. Pero la poesía no se mide por ninguna agenda teórica o postura políticamente correcta; es arte (también) y, por lo tanto, es perversión, derroche o exceso. Y exige de los que la cultivan —y esto es acaso incomunicable, verbigracia, en un taller de poesía— un comportamiento atípico, ante todo frente al conformismo y la mediocridad. Me encanta hallar cada vez menos problemas de autoestima entre los jóvenes poetas, o al menos eso pareciera, pero continúa vigente aquello que urgía Rubén Darío a sus contemporáneos: conocer más el arte al que nos dedicamos.

¿Te sientes adscrito a la generación poética del 80?, ¿en qué compañeros de ruta reconoces alguna afinidad literaria?

Llegados a los cincuenta años, si tienes demasiada afinidad con lo que hacen tus colegas, mejor deja de escribir. Hacer poesía es cultivar una concha porque tienes allí una perla preciosa; es jugártelas por tu propio corazón… no es para ser un ventrílocuo o un parásito de nadie. Ahora mismo estoy solo.


http://latorredelasparadojas.blogspot.pe/2009/08/entrevista-pedro-granados-por-carlos.html