viernes, 25 de septiembre de 2015

Como sin darnos cuenta



Mis manos juegan con el poema
Como con una pequeña piedra
Dedos sin huellas digitales
Piedra que un perrito lame
Mientras estropea
Todo lo delicado que toca.
Pero todavía  así y a pesar de todo
Pequeñas piedras como las que
Lanzamos al cielo y éste
Invariablemente evita.
Piedras como el agua que recordaba
Como mi alegría entre las mariposas
Y los pájaros
Que se desprendían de aquel huerto.
Piedras como dados
Piedras como pezones
Que un día sustraje u otro día
Quedaron entre mis manos
Como sin darme cuenta.
La mente es todo  nuestro cuerpo
Como lo entendieron Spinoza, el holandés,
Y César Vallejo, el de Santiago de Chuco.
Pensar con las manos
Recoger a través de ellas
Arrancar desbrozar uncir
Levantar muy en alto
Entre ambas el poema
Que también se va de manos
Y que es desde donde  nos viene el alma
Pira de piedras
Precaria llama que activa
Pareciera que por capricho el poema.
Como sin darnos cuenta.


 Nuevo poema que habría que agregar a AMARUS o acaso a ACTIVADO o que incluso constituya una colección nueva o el inicio –a modo de portada– de un enasyo sobre la intrersección entre Baruch Spinoza y César Vallejo.  No lo sabemos todavía.